martes, 1 de octubre de 2013
El Experimento de Asch (1951)
En los años 50, un psicólogo apellidado Asche realizó un experimento muy simple: en un cuarto juntó a varias personas, de las cuales algunas eran actores contratados y sólo una era común y corriente. El ejercicio consistía en mostrarles hojas con rayas de diferentes tamaños y preguntarles cuál era la más grande —obvio a simple vista—, pero los actores contestaban mal a propósito con la intención de confundir a la persona y analizar su comportamiento. ¿Qué sucedió? El sujeto en cuestión respondió lo mismo que los actores, sabiendo que era incorrecto, sólo para estar de acuerdo con el resto de las personas reunidas. El estudio demuestra que la gente se conforma con lo que opine un grupo con tal de jugar un rol dentro del él, cediendo a la presión social para evitar la crítica y por temor a la equivocación.